Cuento frustrado, quizás es bueno, quizás no, pero ahí va, (proximamente atisvos del nuevo macondo)
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Sabia matemáticamente cuantos escalones debía bajar, sabía exactamente en que parte del andén esperar para quedar justo en la puerta, no desperdiciar siquiera una fracción de paso. Él era de esos que no pierde su tiempo. Hasta que vio la silueta de ella, nunca miraba a nadie pero ella le llamo la atención, apresurado bajo los escalones de dos, corrió para no perderla, como todo en la vida, ella subió y el por la ventana observó como en aquel vagón iba la chica que lo cautivó.
Si sólo la viera otra vez, sabría que hacer… le regalaría la mejor de sus sonrisas, esas escasas en él, y tal vez una sopaipilla de esas de 100.
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