Más que conocido, es el hecho aquel, sobre la incidencia del calor en quien escribe.
El calor hace que las acuarelas sequen más rápido, el calor hace que la fruta dure menos fuera del refrigerador, el calor hace sentir pesado el andar... El calor hace que las reflexiones de primavera fermenten, produciendo un alcohol (bien escrito) que marea, un alcohol que intoxica y paraliza. El calor hace mal, hace que el corazón se salte un latido...
That look in your face, i was forgotten how feels to be looked that way
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