
San Pedro de Atacama
El lugar de los atardeceres morados (la única y particular forma en que me agrada ese color).
San Pedro tiene ese que se shó, de las callecitas de Buenos Aires. Es que ahí, nada es predecible... puedes tomar una bicicleta y recorrer los alrededores en un día, comprar agua embotellada y respirar aires con olor a desierto, como si el viento trajera los rumores que el desierto guarda en esas cumbres indescifrables...
Debo volver un día... para pararme una vez más sobre el Pucará de Quitor, detener el tiempo 1 segundo, respirar y sentir que por un momento, todo puede volver a empezar.
[The Only Exception (8) ]
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