junio 26, 2011

Así mismo lo encontré ayer... entre la pila de Vinilos y LP de que había en la casa de mi abuelita... cómo si nada cae en mis manos. Tenía escrito en el centro y con lápiz pasta el nombre de mi mamá. (Era un regalo de cumpleaños de alguien que hasta hoy sigue siendo un misterio). Lo saqué... sople la capa de polvo que lo protegía y no dudé un segundo es parar el maravilloso tocadiscos de mi abuelita...
Cambio la palanca a 45, bajo la aguja automática, hago girar la rueda y paff...
Como si nada y todo a la vez, empiezan los acordes del piano con una claridad nítida como si desde los 70' me estuviesen esperando a mi y a ese momento, en que después de 30 años volvería a sonar tan simple, tan especial... tan inexplicable...

Cuesta mucho resumir lo que se siente escuchar Let It Be en un lugar lejos de la cuidad y el ruido, Let It Be en el tocadiscos de mi abuelita, Let It Be el vinilo de 45 que alguien hace más o menos 30 años le regaló a mi mamá...


Con los días como están y como se viven, las cosas simples retoman su reinado.

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