
Cambio la palanca a 45, bajo la aguja automática, hago girar la rueda y paff...
Como si nada y todo a la vez, empiezan los acordes del piano con una claridad nítida como si desde los 70' me estuviesen esperando a mi y a ese momento, en que después de 30 años volvería a sonar tan simple, tan especial... tan inexplicable...
Cuesta mucho resumir lo que se siente escuchar Let It Be en un lugar lejos de la cuidad y el ruido, Let It Be en el tocadiscos de mi abuelita, Let It Be el vinilo de 45 que alguien hace más o menos 30 años le regaló a mi mamá...
Con los días como están y como se viven, las cosas simples retoman su reinado.
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